domingo, 15 de abril de 2012

Bodegas Figuero


Bodegas Figuero

Sorpresas en el mundillo del vino, siempre las tienes, sin más por la puerta de bodegas Figuero abre podido pasar unas cuantas veces sin darle importancia a lo que allí podía haber, pero un buen día de la mano de un amigo y gran profesional, tuve la suerte de probar su vino más destacado e importante, al menos en cuanto a los críticos se refiere, porque para  la familia Figuero todos sus vinos son importantes, lo cual les honra y mucho. Pues  bien, como decía probé el Tinus, vino de autor de larga guarda, y joya enológica, del cual he de decir que me sorprendió mucho dejándome un grato recuerdo de él.

Pasado algún tiempo, no mucho, tuve el placer de conocer a la encantadora familia que dirige y regenta la bodega, y así probar y hablar largo y tendido de sus vinos, pude probar toda su bien elaborada gama de vinos y debo decir en honor a la verdad, de que cuidan y miman, todos y cada uno de sus productos. Gama compuesta por cinco vinos que van desde un roble de cuatro meses de barrica hasta su insignia el Tinus.

La bodega  y viña están ubicadas en el corazón de la Ribera del Duero en la población de la Horra entre Roa y Aranda del Duero, la familia han sido viticultores desde siempre de varias  generaciones, y habían vendido la uva de sus 45 hectáreas  a bodegas de mucho prestigio  de la zona, uva siempre con la exigencia de la excelencia. Las viñas de orientación Norte-sur, y alturas entre los 750 a 800 mt. son de la variedad tinta del país, y de las 45 hectáreas que la bodega posee, 25 son de viñedo muy viejo con más de 60 años. Es en el año  2001, cuando  José María García y Milagros Figuero, junto a sus tres hijos, decidieron empezar  a elaborar sus propios vinos, para la gran suerte de todos  los que amamos el vino. La bodega está dotada de medios actuales de calidad para el cuidado y mimo de sus vinos, trabajan por gravedad, remontados automáticos y control de temperatura que junto a su sala de barricas subterránea, que con una temperatura controlada todo el año entre los 12 a 15 grados centígrados envejecen el distinguido vino en sus más  de mil barricas.





Como gran vino, me gustaría citar su crianza, de la variedad  tinta del país, con un 80% de viña de  entre 20 a 40 años, y el 20% restante de viña de más de 50 años, recogida manual en cestas de castaño de 12 kg. Antes de la fermentación se realiza una maceración pelicular de dos días, tras la cual fermenta a temperatura constante de 29 grados centígrados, por un tiempo de 10 días,  Su  envejecimiento es  por un  periodo de doce meses mínimo  en barricas nuevas de entre uno a tres años, de roble francés y americano en un porcentaje de 15 y 85% respectivamente. Que da por resultado un precioso vino de color cereza picota intenso muy cubierto de capa alta, denso y ribetes azulados muy brillante a la vista. Con una nariz muy seductora y muy bien equilibrada entre la fruta y la madera. Con un predominio claro de las frutillas negras maduras, ciruela pasa, especies sutiles, cedro y maderas nobles, así como un agradable fondo de tostados que recuerdan a los torrefactos como el café o algún regaliz. Boca aterciopelada, golosa muy sápida, con un prolongado final, de taninos muy maduros y sutiles matizados por los procedentes de la barrica, en una perfecta armonía entre ambos. Con un retrogusto, ligeramente balsámico, y muy fresco. Digno vino para armonizar con un buen asado, y por qué no disfrute también de una buena y larga sobremesa. De todas formas disfrutar de bodegas Fieguero desde su media crianza, hasta sus gamas Premium es un placer, y una muy buena elección, vino con tradición, actuales y con gran personalidad, que a bien seguro no deja lugar a duda, ni a expertos y a eruditos, siempre son una sabia elección.

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